Presentando tesoros a Cristo
- Enais Goyo
- 21 sept
- 1 Min. de lectura
El domingo 14 de septiembre tuvimos un día cargado de propósito y emoción en la iglesia.
Padres con miradas llenas de convicción y ternura elevaron en sus brazos lo más preciado que Dios les ha confiado, conscientes de que la verdadera crianza comienza cuando reconocemos que cada hijo le pertenece primero a Él.
"Y estas palabras que yo te mando hoy estarán sobre tu corazón... y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, al acostarte y cuando te levantes" (Deuteronomio 6:6-7) no sonó como un mandato lejano, sino como una invitación a tejer la fe en lo cotidiano, en los abrazos, las correcciones y las oraciones compartidas.
Mientras la congregación se unía en promesas y bendiciones, se respiraba un compromiso sagrado:
"No solo estamos criando niños... estamos formando discípulos de Cristo", un legado de fe que trasciende el tiempo.



























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