BODAS ACACIANAS
En la Iglesia Las Acacias vivimos un día que quedará grabado en nuestra memoria como comunidad. Desde temprano, el templo se llenó de sonrisas, abrazos y una emoción que se podía sentir en el ambiente. Era más que un evento: era una celebración del amor bajo la bendición de Dios.
Las Bodas Acacianas no fueron solo un evento; fueron un testimonio vivo de que cuando Dios es el centro, el amor florece y permanece.
TESTIMONIOS
Agradecida y una bendición especial para todo el equipo de apoyo que hizo posible tan hermoso evento, están sembrando para la eternidad, Dios les bendiga rica y abundantemente
Un millón de bendiciones y más para todos los organizadores y colaboradores, en especial a Eliana por su gran pasión y entrega a esta noble causa. Que Dios los siga guiando para que sigan, creciendo todos esto en nombre de nuestro señor Jesucristo amen.
Mis familiares quedaron encantados con todo. De verdad mil felicidades 👏 son un gran equipo
Buenas tardes mis hermanos Dios les bendiga por toda la logística y organización especial a nuestro Señor Jesucristo al Pastor Samuel Olson y a los hermanos Iliana y Joaquín Cabeza, muchas gracias a todos el equipo ministerial.
Feliz y bendecido dia hermanos! Alabado sea Dios! Todo nuestro agradecimiento para la iglesia las Acacias y todos los que hicieron nuestras bodas posibles, hermanas Eliana y Alicia gracias por su labor y servicio🙏 fue un dia soñado y muy especial, Dios ha sido bueno ❤️
Gracias hermanas y hermanos hoy fue el mejor día de mi vida. Hoy si que fue un día bueno bueno buenísimoooo a toda la iglesia las acacias infinitas gracias gracias por tanto amor gracias por tanta entrega gracias por tantooooo pero tantooooo, como dice la canción de Marcos Witt ‧ No sabré agradecerte
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Las parejas comenzaron a llegar tomadas de la mano, algunas con décadas de historia, otras dando sus primeros pasos en la vida matrimonial. Pero todas con un mismo anhelo: afirmar su compromiso delante del Señor.
El equipo de la iglesia, con alegría y dedicación, preparó cada detalle para que este día fuera especial. Los pasillos se convirtieron en caminos de esperanza, la música en un susurro de fe, y cada asiento en un testigo silencioso de lo que Dios estaba haciendo.
Cuando llegó el momento central, 29 parejas se pusieron de pie, mirándose a los ojos con una mezcla de nervios, ilusión y gratitud. Y allí, frente al altar, pronunciaron un “sí” que resonó más allá de las paredes del templo: un sí al amor, un sí al compromiso, un sí a la voluntad perfecta de Dios.
La oración pastoral cubrió cada hogar representado, declarando bendición, unidad y propósito. Hubo lágrimas, risas, manos entrelazadas y corazones renovados. Fue un recordatorio hermoso de que Dios sigue restaurando, afirmando y fortaleciendo familias.
PREPARACION
Despliegue Tecnico
La organización comenzó mucho antes de la ceremonia. En el ámbito legal, acompañamos a cada pareja en la revisión de documentos, requisitos civiles y orientaciones necesarias para asegurar que todo estuviera en orden. Nuestro equipo pastoral y administrativo trabajó con responsabilidad y cercanía, brindando claridad y tranquilidad a cada familia para que llegaran al altar con plena confianza.
El templo fue transformado con una decoración pensada para reflejar belleza, solemnidad y alegría. Arreglos florales, tonos suaves y detalles elegantes crearon un ambiente cálido que enmarcó cada paso de las parejas hacia el altar. Cada elemento visual fue preparado con amor, buscando que cada pareja sintiera que ese día era único y digno de ser recordado.
En el área técnica, nuestro equipo trabajó con excelencia para que todo fluyera con armonía. El sonido fue calibrado para que cada voto y cada oración se escucharan con claridad. La iluminación creó un ambiente íntimo y reverente. Las cámaras y la producción audiovisual registraron cada instante, permitiendo que este día quedara inmortalizado. La coordinación de entradas, música y tiempos fue precisa, reflejando el compromiso de servir a Dios con lo mejor.
La logística también jugó un papel fundamental. Servidores y voluntarios acompañaron a las parejas, organizaron los movimientos, brindaron apoyo emocional y aseguraron que cada momento se viviera con orden y calidez. Como iglesia, nos unimos para abrazar a cada familia y celebrar con ellas este paso tan importante.
Cuando llegó el momento central, las 29 parejas se miraron a los ojos y pronunciaron un “sí” que resonó en todo el templo. Fue un instante lleno de lágrimas, sonrisas y gratitud. Fue evidente que Dios estaba obrando en cada historia, restaurando, afirmando y fortaleciendo matrimonios.
Las Bodas Acacianas nos recuerdan que cuando una iglesia decide creer en las familias, el cielo se abre y Dios hace cosas extraordinarias.
Cada pareja que dio su “sí” no solo selló un compromiso, sino que declaró públicamente que el amor, cuando se sostiene en Cristo, puede renovarse, fortalecerse y florecer sin importar la historia, la edad o las circunstancias.
Esta iniciativa es un testimonio vivo de que la iglesia sigue siendo un lugar donde los hogares encuentran dirección, esperanza y restauración.
Cuando servimos con excelencia —en lo legal, lo técnico, lo decorativo y lo espiritual— estamos diciendo al mundo que el matrimonio importa, que la familia importa y que Dios sigue escribiendo historias hermosas.
Las Bodas Acacianas no fueron solo un evento; fueron una declaración : Dios sigue levantando hogares firmes, llenos de propósito y guiados por Su amor.
