Honrando a la familia con la presentación de niños
- Enais Goyo
- 2 ago
- 1 Min. de lectura
Como cada segundo domingo del mes como iglesia honramos a la familia con la presentación de niños. Presentar a los niños ante Dios es un acto de fe y consagración, donde reconocemos que Él tiene un propósito eterno para cada uno. La Escritura nos enseña: "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él" (Proverbios 22:6). Este compromiso va más allá de simples palabras; es un llamado a rodearlos del amor de Dios, confiando en que Él guardará sus vidas y dirigirá sus pasos conforme a Su voluntad.
Los niños aprenden del ejemplo, no solo de las enseñanzas. Por eso, la Palabra nos exhorta: "Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos" (Deuteronomio 6:6-7). Como iglesia, tenemos el privilegio de ser reflejo del amor de Cristo para ellos, guiándolos no con regaños, sino con una vida que testifique de la fidelidad de Dios. Al presentarlos ante Él, declaramos que su futuro está en sus manos, y que su gracia los acompañará siempre.











































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