Cada niño es una joya única en las manos de Cristo
- Enais Goyo
- 1 sept
- 1 Min. de lectura
¡Qué momento tan especial en la Iglesia Las Acacias! Los padres, con corazones llenos de amor y esperanza, presentaron a sus hijos ante Dios, reconociendo que cada niño es una joya única en las manos de Cristo. "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él" (Proverbios 22:6) resonó no como un simple versículo, sino como una promesa viva que animó a todos.
Mientras las manos se alzaban para bendecir a estos niños, se podía sentir la presencia de algo mayor. No era solo una oración, sino una declaración de fe: "Estos niños son de Cristo, Él es su Señor". Los padres y la congregación compartieron sus promesas respondiendo con un ¡Amén! que retumbó en el lugar. No fue un final, sino un comienzo glorioso - el primer paso de un viaje donde cada familia, sostenida por su fe y su comunidad, verá cómo estas pequeñas joyas de Cristo crecen para brillar con luz propia. ¡Aleluya!











































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